domingo, 24 de julio de 2011

El británico.

- ¿Y tu que eres americano?
- Soy un contratista.
- ¿Que rango es ese?
El americano se ríe entre dientes mientras le observo sangrar levemente por la fosa que aun no coagula. Y finalmente me contesta jadeando. Tosiendo. O quizá riéndose como la hiena que es. A lo mejor todo junto.
- No es un rango, quiere decir que me pagan por cumplir un contrato acá.
- Es decir, que eres un mercenario.
El americano frunce el ceño y la nariz rota le vuelve a sangrar mientras su orgullo aplastado de supuesto guerrero me mira desde atrás de sus ojos de tipo rudo.
- Y tu eres un puto terrorista.
- Eso significa americano, que tu no nos sirves como rehén.
Me observa prácticamente indiferente detrás de la mascarada de tipo rudo. Y me quiero imaginar que entiende tanto como yo, que el no forma parte de esta guerra; que el nunca estuvo aquí y que nadie mandaría a rescatar un mercenario, ni mucho menos liberarían a mis hermanos y hermanas a cambio de su pellejo.
Porque el es insignificante para su gente.
Y por eso es insgnificante para nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario